Desde el llamado “bloque
occidental”, siempre se vio al ya fallecido, Hugo Chávez Frías, con peligro y desdén.
No se pueden negar en el líder bolivariano aspectos del todo negativos en una
democracia. Su aprovechamiento populista y autoritarismo fueron más que
evidentes. Y lo que es peor, su creciente narcisismo le hizo quererse equiparar
a la categoría de leyenda, perdiendo el norte y la perspectiva.
Pero, ¿tiene algo positivo el
chavismo? Sin duda, sí. Datos como el aumento de la renta per cápita en un 50%
desde 1998, la disminución de pobreza en un 70% o el incremento de la inversión
social (actualmente un 20% del PIB) reflejan que también existen motivos para
el recuerdo nostálgico que muchos ciudadanos venezolanos hacen estos días. Los detractores
argumentarán, y no les falta razón, que esos datos son el resultado de la
masiva exportación de petróleo, que en estos momento supone el 90% de los
ingresos en divisas de Venezuela.
Con estas premisas los
venezolanos, tendrán que ir a votar día 14 de abril de este año. Todo parece
propicio para una victoria del sucesor, Nicolás Maduro. Es algo lógico, con el
recuero aún caliente de Chávez. No obstante, la duda sobre su liderazgo en el
movimiento chavista está en entredicho. Evidentemente, será difícil encontrar a
alguien con una personalidad tan fuerte como la de su antecesor. Poco probable se
ve la victoria de Henrique Capriles, quien tendrá que luchar contra Maduro y el
ya mito de Chávez.
Es de esperar, que la adoración a
su figura pronto se comience a desvanecer. Será en este tiempo, cuando
realmente sabremos si el chavismo fue una verdadera revolución, o simplemente
un dulce sueño que terminó en pesadilla para los venezolanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario